El estrés laboral, además de afectar la concentración, daña la salud digestiva al provocar diarrea, estreñimiento, inflamación, irritabilidad del colon, dolor de estómago y otros malestares.
De acuerdo a un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la presión en el trabajo también causa irritabilidad y depresión. La oficina es como un segundo hogar, ahí se pasa más tiempo que en cualquier otro lugar y los compañeros forman parte de esa segunda familia, subrayó.
Sin embargo, el ambiente laboral está lleno de estrés: los pendientes del día a día, las solicitudes urgentes y los tiempos de entrega.
Para mantener la salud, es importante aprender a manejarlo y entre las recomendaciones están: tomar las cosas con calma, si se siente presionado es bueno hacer una pausa, beber un vaso de agua y realizar cinco respiraciones lentas y profundas, concentrándose en esa respiración.
Activarse, decirle adiós al estilo de vida sedentario ayuda a liberar tensiones acumuladas durante el día, una caminata de media hora es benéfica.
Para mantener una buena salud digestiva es importante consumir probióticos, pues fortalecen el sistema digestivo y restauran la flora intestinal, sobre todo si se combinan con una buena alimentación.
Un sueño reparador es fundamental porque el cuerpo necesita descansar para que funcione adecuadamente, por lo que si aparece el insomnio o empiezan las molestias gástricas es necesario tomar acciones para corregir esas alteraciones, en lugar de acostumbrarse a vivir con ellas.
De acuerdo con el análisis de la OMS denominado “La organización del trabajo y el estrés”, este problema es la reacción que puede tener una persona ante exigencias y presiones laborales, producidas por diversas causas.