El primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, anunció este jueves el fin del autoproclamado califato del Estado Islámico en la ciudad de Mosul, luego de que las tropas del gobierno capturaron las ruinas de una simbólica mezquita tras ocho meses de feroces combates.
Las autoridades iraquíes esperan que la prolongada batalla por Mosul termine en los próximos días, ya que algunos combatientes del Estado Islámico aún se encuentran agazapados en un puñado de vecindarios de la Ciudad Vieja.
La captura de la Gran Mezquita de al-Muri, una construcción de 850 años de antigüedad desde donde el Estado Islámico proclamó su califato en Irak hace tres años, representa una enorme victoria simbólica.
El retorno a la mezquita de al-Nuri y del minarete al-Hadba a la nación representa el final del estado de falsedad de Daesh”, dijo Abadi en un comunicado, en referencia al acrónimo árabe del grupo musulmán suní.
Y es que la caída de Mosul en efecto marcaría el final del califato de Estado Islámico en Irak, pese a que el grupo todavía controla territorios al sur y al oeste de la ciudad. Su capital en Siria, Raqqa, también está bajo el asedio de una coalición liderada por agrupaciones kurdas y que recibe el apoyo de Estados Unidos.