Una marcada disminución de la cobertura de nubes de verano durante los últimos 20 años ha acelerado significativamente la fusión de la capa de hielo de Groenlandia.
Nuevos hallazgos de científicos dirigidos por la Universidad de Bristol, publicados en ‘Science Advances’, muestran que una menor cobertura de nubes y más sol de verano permite que la radiación solar alcance la superficie proporcionando más energía para la fusión.
Utilizando datos de satélites de observación terrestre y modelos climáticos de alta resolución, los autores encontraron una disminución constante en la cobertura de nubes de verano desde 1995. La investigación muestra que una reducción del 1 por ciento en la cubierta de nubes de verano es equivalente a 27 gigatoneladas de hielo extra en la capa de hielo de Groenlandia, lo que equivale aproximadamente al suministro anual de agua de Estados Unidos o 180 millones de veces el peso de una ballena azul.
Desde 1995, los investigadores descubrieron que Groenlandia ha perdido un total de 4 mil gigatoneladas de hielo, por lo que se ha convertido en el principal contribuyente al aumento del nivel mundial del mar. El autor principal del estudio es el estudiante de doctorado Stefan Hofer, de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad de Bristol y miembro de los proyectos ‘Black and Bloom’ y ‘GlobalMass’.
El impacto del aumento del sol durante el verano es grande, explica las dos terceras partes de la señal de fusión de Groenlandia en las últimas décadas –añade–. Hasta ahora pensamos que la reciente fusión de Groenlandia es causada casi exclusivamente por temperaturas más altas y las reacciones resultantes. Nuestro estudio muestra que hay más en la historia que el aumento local en las temperaturas y que el cambio en la cobertura de las nubes no es sólo un incidente, sino que ha estado sucediendo durante las últimas dos décadas”.
El equipo también informó de que el cambio climático ha encontrado una segunda vía para aumentar la fusión de Groenlandia, lo que se suma al efecto de las temperaturas más altas. El profesor Jonathan Bamber, profesor de la Universidad de Bristol y presidente de la Unión Europea de Geociencias (EGU, por sus siglas en inglés), señala que el equipo está observando “cambios en los patrones de circulación a gran escala, lo que lleva a un sol más frecuente y a mayores cantidades de energía solar que llega a la superficie de la capa de hielo”.
Estos cambios en los patrones de circulación a gran escala durante el verano son especialmente pronunciados sobre el Ártico y el Atlántico Norte. El cambio de estado en la circulación atmosférica es sin precedentes en el registro observacional, remontándose a 1850. Este estado sumamente inusual de la atmósfera se ha vinculado a la baja capa de hielo marino registrada durante el verano sobre el Océano Ártico”, concluye.