La página Pictoline, de Facebook, recogió cinco de los casos más resaltantes. Se trata de una lista de mamás mamíferos que, por puro instinto, guían a sus crías para su futuro como adultos.
1. Las manadas de elefantes tienen una estructura bastante matriarcal. El embarazo dura hasta 22 meses y, cuando llega el momento del parto y la crianza, todas las demás hembras de la manada se convierten en las grandes ayudantes a tiempo completo. Por eso no resulta extraño ver a varias hembras de la familia pendientes de los más pequeños.
2. Las mamás orangután son las más sacrificadas del Reino Animal y sus crías, las más dependientes. Juntos pueden pasar hasta siete u ocho años. Además, las progenitoras se encargan de armar nuevas camas en las ramas de los árboles cada noche. Esta y otras enseñanzas son transmitidas a sus hijos hasta que están listos para formar sus propias familias.
3. Los bebés de koala pasan seis meses formándose dentro del marsupio o bolsa de sus madres. La planta del eucalipto es la fuente de alimento preferida por los koalas, pero es altamente venenosa para las crías. Es por eso que la madre koala los ayuda a desarrollar inmunidad con porciones ya digeridas por ella.
4. Para las osas polares, el embarazo es lo más parecido a un ritual. Todas deben sobrealimentarse y aumentar el doble de su peso normal para luego entrar a un estado de hibernación dentro de una cueva que ellas mismas acondicionan. Pueden pasar meses dormidas y sin comer. Incluso para el momento del parto, pueden seguir algo somnolientas. La relación entre las osas polares y sus pequeños dura cerca de dos años. En este tiempo, instintivamente, les enseñan a prepararse para la vida adulta.
5. Las madres guepardo son, en esta lista, las que se preocupan por más crías al mismo tiempo. En un solo embarazo, la hembra puede tener hasta cinco o seis bebés. Al igual que las osas polares, las guepardo centran la crianza en clases de caza y supervivencia. Este periodo de entrenamiento para sus hijos puede durar hasta dos años.