Una princesa de Japón tomó la decisión de abandonar sus privilegios como parte de la familia real a cambio de contraer matrimonio con un plebeyo que trabaja en la industria turística.
La princesa Mako, de 25 años de edad, es la nieta del emperador Akihito. Su prometido se llama Kei Komuro, a quien conoció hace cinco años en un restaurante, mientras los dos estudiaban en la Universidad Internacional Cristiana de Tokio. Kei Komuro se dedica hoy a la promoción del turismo en las playas de Shonan.
A diferencia de las monarquías europeas, en las que cualquier hombre puede adquirir un título nobiliario al casarse con un miembro femenino de la nobleza, en Japón ocurre lo contrario. Una vez que Mako se case con Komuro, la tradición dicta que debe abandonar sus privilegios como miembro de la familia real, al igual que su título imperial.
La familia real en Japón conserva su privacidad de manera estricta, por lo que muy poco se sabe sobre la vida de Mako. Un dato relevante que sí es del conocimiento público es que la princesa fue la primera integrante de la familia imperial en ingresar a una universidad. Su hermana menor, la princesa Kako, hoy sigue su ejemplo en el mismo instituto académico.
En la actualidad, Mako trabaja como investigadora en el museo universitario de la Universidad de Tokio mientras concluye su doctorado.
De acuerdo a medios locales, la princesa ya recibió la aprobación de sus padres para la boda.