Salma Hayek y Eugenio Derbez interpretan a dos hermanos completamente opuestos en How to be a Latin Lover, una comedia donde la actriz vuelve a demostrar su destreza en el género, aunque es consciente, según reconoció, de que en Hollywood lo habría tenido muy complicado sin su físico.
Si no es por eso, no me hubieran dado la oportunidad. Me ayudó a entrar”, admitió la mexicana al ser preguntada si fue duro que al comienzo de su carrera, con Desperado (1995) y From Dusk Till Dawn (1996), fuera valorada principalmente por sus célebres curvas.
Es frustrante porque, si no es por eso, no entras. Pero hay mucho más, tú quisieras que vieran más de eso… y no. Pero es lo bonito de llegar a esta edad, donde no es tan obvia la belleza. Con una trayectoria de 25 años de conocerte, la gente ve que hay algo más, agregó.
La de Coatzacoalcos, de 50 años, lamentó que la industria se demorara tanto en darle una oportunidad para hacer comedia, algo que llegó de la mano de su amigo, el actor estadunidense Adam Sandler, en Grown Ups (2010), y que continuó en obras como Here Comes the Boom (2012) y Grown Ups 2 (2013).
Siempre fue mi fuerte y siempre fue lo que quise hacer. De no ser por él, seguiría sin hacer comedia. Aunque tal vez Eugenio me hubiera dado una oportunidad porque me conoce realmente, manifestó.
Hayek, a sus 50 años, mantiene las curvas que la hicieron famosa, una silueta que trata con cierto mimo.
Lo que ves no es lo que hay, ni a mi edad ni a ninguna”, valoró entre risas. “Siempre hay que hacer un poco de esfuercito, hay toda una producción debajo de la ropa”, comentó la artista, que, no obstante, afirma que tampoco trata de sobrepasarse con las dietas ni con el ejercicio físico.”Cuando hay demasiado esfuerzo ya no es sensual”, finalizó.