El papa Francisco consideró, en una entrevista con el diario alemán Die Zeit publicada el jueves, que “habría que pensar” sobre la posibilidad de ordenar como sacerdotes a los viri probati, hombres casados sobre todo jubilados y muy implicados en la Iglesia.
También debemos determinar cuáles serían sus funciones, por ejemplo, en localidades remotas, detalló el Sumo Pontífice, concretizando un poco más el proyecto que lleva evocando varios años.
Muchos miembros de la Iglesia creen que, ante la falta de párrocos en numerosos países, habría que abrir una nueva vía: junto con los sacerdotes, que hacen voto de celibato en su ordenación, recomiendan ordenar a los viri probati, hombres casados que tengan tiempo a causa de su jubilación y que puedan demostrar un compromiso duradero con la Iglesia.
Los católicos que deseen ponerse al servicio de la Iglesia tendrían la posibilidad de hacerse diáconos, pero no curas.