El papa Francisco recibió este jueves en El Vaticano a los jugadores del club español de futbol Villarreal y al dirigirse a ellos les confesó que cuando tiene problemas piensa en el portero, que debe parar los balones de donde le vengan como en la vida.
La vida es así. Hay que tomar las cosas de donde vienen y como vienen. Y cuando yo me encuentro frente a situaciones que no esperaba, que hay que resolver y vinieron de acá cuando yo las esperaba de allá, pienso en el portero, así que los tengo muy presentes, aseguró.
En la Sala Clementina del Palacio Apostólico, Francisco saludó también a los directivos del equipo que viajó a Roma para disputar un cotejo de la Europa League, la segunda copa del “viejo continente”.
Constató que el futbol, como los demás deportes, es imagen de vida y de sociedad porque los jugadores se necesitan unos a otros, ponen su profesionalidad en beneficio de un ideal común: jugar bien para ganar.
Para lograr esa afinidad, apuntó, se necesita mucho entrenamiento, dejando de lado el individualismo o las aspiraciones personales porque cuando uno piensa en sí mismo y se olvida de los demás, en Argentina se dice “comerse la pelota solo”, les dijo el pontífice.
No olvidar a los compañeros “Esto fortalece el espíritu del juego amateur, que nunca hay que perderlo, hay que recuperarlo todos los días, por lo que te mantiene con esa frescura, con esa grandeza de alma”, estableció.