Venezuela protagonizó una nueva jornada de la 47 Asamblea General de OEA defendiéndose con ferocidad de las críticas de varios países en la primera sesión plenaria, mientras que un grupo negocia una resolución sobre la crisis en la nación caribeña.
Fue Chile y Perú quienes lanzaron la primera piedra. Ricardo Luna, canciller peruano, advirtió que la iniciativa de la Asamblea Constituyente en Venezuela puede abocar a una situación “crítica e irreversible”, dentro de una crisis que “exige una urgente concertación”.
Llegó la primera réplica de varias de la canciller venezolana, Delcy Rodríguez: “Si ellos forman parte de la camada de perritos simpáticos para el imperio, Venezuela no, y no va a aceptar intromisiones indebidas”.
Estas palabras marcaron el tono de las contestaciones de Venezuela a naciones como Canadá, Brasil, Colombia y Honduras.
La canciller definió a su homólogo de Costa Rica, Manuel González Sanz, de “analfabeto político” por no conocer la situación en el país caribeño, advirtiendo que alimenta “las protestas violentas” en las calles.
Rodríguez anunció que esta será la última participación del país en la Asamblea General de la OEA, después de que a finales de abril pasado solicitara la salida del organismo, que no se concretará hasta 2019.
“Más nunca volveremos a una organización que se utiliza como instrumento para sumisión y para opacar”, remarcó la canciller, que hoy recabó el apoyo de aliados como Bolivia y Ecuador.
Asimismo, Venezuela respondió a la presión de México sobre su Gobierno con la presentación de diez proyectos de resolución en la Asamblea, entre ellos uno sobre los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa y otro sobre el muro que Estados Unidos quiere construir en la frontera común.